En
las inmediaciones del Valle de Ricote y en fuerte contraste con el verde de las
huertas tradicionales, encontramos paisajes rocosos descarnados y agrestes
donde las rocas sedimentarias son protagonistas. Esto nos va a permitir viajar
a través del tiempo y del espacio, si somos capaces de descifrar el lenguaje de
las rocas y pasear por la superficie de este territorio. Con esa idea y la
intención de dar a conocer el patrimonio de interés geológico o geomorfológico,
vamos a dar a conocer algunas zonas de fácil observación situadas en lugares
por los que habituamente pasamos cuando visitamos la zona, o que recorremos
durante las actividades en la naturaleza. Lo trataremos por medio de textos
cortos acompañados de imágenes, esperando facilitar en lo posible la lectura y
comprensión por parte del público en general. Y lo haremos de la mano de José
María Gómez Manuel, de la Asociación Cultural "La Carrahila", con la
que próximamente publicará la Guía arqueológica y geológica de Abarán.
Es además colaborador habitual de Caramucel y autor del capítulo dedicado a
medio físico "lo que nos cuentan las rocas", en el libro
"Rutas por las sierras de Ricote y del Oro". En esta primera entrada
trataremos dos puntos que son visibles a través del camino que comunica las
poblaciones de Abarán y Blanca.