lunes, 21 de agosto de 2017

Ruta de verano a la Pila de la Reina Mora

El periodo estival nos mantiene normalmente más distantes de nuestras áreas de monte, debido a las características ambientales y climáticas del sureste peninsular, aunque tampoco quiere decir que en verano no pisemos la sierra, de hecho, lo hacemos. Realizar rutas de este tipo por en el Valle de Ricote, en pleno verano y en zonas desarboladas, es posible, siempre que se cumplan unos horarios que eviten las horas del día con más radiación solar y las altas temperaturas. Tomaremos además las medidas de prevención convenientes en estos casos, protección solar con indumentaria adecuada (cubrir el cuerpo con camisetas pantalones, llevar gorra o sombrero, gafas de sol y/o cremas), sin olvidar el agua.

Nosotros optamos por una mañana a principios del mes de agosto, para afrontar la subida a la Pila de la Reina Mora y coronar este cerro formado por una imponente muela caliza. Situado en la zona central del Valle de Ricote, entre los pueblos de Ojós y Ulea, desde este punto elevado se obtienen unas magníficas vistas del entorno de esta comarca.

Esta zona reviste además un interés especial desde el ámbito de la naturaleza y la historia. En esta montaña sobre la que hacemos nuestra ruta se encuentran los yacimientos del Salto de la Novia y Pila de la Reina Mora (Ojós/Ulea), que abarcan desde la época romana hasta la andalusí. Además, toda ella se encuentra incluida en la Red Natura 2000, por la declaración de una zona ZEPA, la Zona de Especial Protección para las Aves de Sierra de Ricote y Navela, así como un Lugar de Importancia Comunitaria, que abarca aproximadamente la misma superficie, incluyendo ambos espacios la Sierra de Ulea, que es por donde realizamos nuestro itinerario.



A las 8 de la mañana quedamos con nuestros amigos de In_Direct_Film, que durante el mes de julio han estado rodando en el Valle de Ricote y la vega alta del río Segura. El trayecto hasta el antiguo emplazamiento de lo que fue la fortaleza de Oxox, supone recorrer aproximadamente unos 2 km. desde la población de Ojós, con un desnivel de subida que se encuentra sobre los 260 metros, con pendientes más pronunciadas en algunos tramos, pero que en general, y dada la corta distancia del trayecto, podemos decir que no dejamos prácticamente de ascender de principio a fin. Estos datos se refieren solo a la ida, por suerte, la vuelta es todo descenso y será bastante llevadera. Eso sí, en una ruta de verano es muy importante que iniciemos nuestro camino a primera hora de la mañana, para evitar el calor y la fuerte insolación durante la subida. Podemos invertir unas dos horas en el trayecto completo de ida y vuelta, depende del tiempo que estemos arriba. Nosotros estuvimos un buen rato, merece la pena y además tuvimos mucha suerte con la brisa de levante, que nos acompañó durante la mañana, haciendo que los calores de esta tierra se puedan vivir algo mejor. 

Pedro, Joaquín, Conchi y Victor, durante el trayecto de subida.
El pueblo de Ojós, un belén actual.
Apenas empezamos a ganar altura, ya obtenemos unas maravillosas vistas del entorno valricotí, empezando por la población de Ojós, nuestro punto de inicio, que se encuentra inmediatamente "bajo" nosotros. En el paisaje descubrimos el atractivo aspecto subdesértico de las escarpadas laderas de solana en Las Cuevas y el Chinte. Entre el matorral abierto, se distinguen a lo lejos los restos de varios corrales abandonados ubicados a media ladera, por lo que se deduce que en la antigüedad, parte de estos montes se dedicaron a pastos. El discurrir por estas vertientes de la Vereda del Castillo de Ulea, es buen ejemplo de ello.  Pero no sólo eso, pues la cubierta vegetal está dominada por los espartales (Stipa tenacissima), planta cuyo aprovechamiento por el hombre se remonta varios miles de años atrás, llegando a jugar un importante papel dentro de las economías locales. 


Las laderas por las que ascendemos tienen orientación de umbría, donde mayor densidad de vegetación encontramos, esencialmente arbustiva, a excepción de algunos pinos carrascos, aunque también se deja ver algún algarrobo aislado, estos se encuentran sobre todo en pie de monte. Destaca el valor ambiental de esta vegetación autóctona de caracter térmico, reacia a las heladas y que soporta muy bien los calurosos veranos. A nuestro paso encontramos aladiernos (Rhamns alaternus), arnachos o canaillos (Ephedra fragilis), bayones (Osyris lanceolata), espinos (Rhamnus lycioides) e incluso palmitos (Chamaerops humilis), algunos de ellos bastante añejos. 


Destacar una de nuestras plantas del desierto más preciadas y aprovechadas por los lugareños del valle, la tapenera (Capparis ovata), de la cual se hacen encurtidos aprovechando sus frutos (caparrones), capullos (tapenas o alcaparras) y brotes tiernos (tallos).



Durante la mañana también hemos tenido oportunidad de detectar algunas de las especies de fauna, sobre todo la más ligada a estos hábitats rupícolas. Las aves han sido sobre todo las protagonistas, avistando vencejos reales (Apus melba), collalbas negras (Oneante leucura), roquero solitario (Monticola solitarius) y un bando de abejarucos (Merops apiaster) que nos sobrevoló en la cumbre. Observamos además como la caba montés ya merodea por estos lugares.  



Una vez que alcanzamos los últimos peñascos para acceder a la zona superior de la muela, empezamos a observar los primeros restos de muros de la antiga fortificación de Las Peñas de Oxox, y a través de un estrecho paso, en el que nos tenemos que ayudar con las manos, accedemos inmediatamente a lo que sería la parte interior del recinto, sobre una pequeña planicie. Desde aquí tenemos unas nuevas vistas de las poblaciones situadas al sur del valle, con Villanueva del Río Segura justo en frente. Justo debajo de los acantilados se sitúa la población de Ulea, de la que apenas vemos algunas casas, pero sobre todo su fertil huerta. En esta zona podemos observar los restos de un algibe hispano-musulman.



Ahora nos queda una ultima subida a través de la zona de cumbre en dirección noroeste, para alcanzar el lugar más elevado, donde se encuentra la Pila de la Reina Mora propiamente dicha. Una vez allí, para acceder a ella, o al menos observarla, hay que realizar una pequeña trepada por la gran piedra sobre la que se encuentra tallada. Como describe nuestro compañero Jesús Joaquín López Moreno en su guía "El Valle de Ricote a través de sus fortalezas" (2008), los yacimientos del Salto de la Novia y Pila de la Reina Mora (Ojós/Ulea), constituyeron la fortaleza de Rikut en las épocas romana, visigoda y primeros siglos andalusíes. En época islámica, la Pila de la Reina Mora pasó a denominarse como "al-Sujur" ("Las Peñas"). Posteriormente, el anterior topónimo árabe será traducido por los primeros conquistadores cristianos como "Las Peñas de Ojós".






Si durante el trayecto de subida el paisaje iba mejorando a cada paso, una vez en la cima, es inmejorable, pudiendo diferenciar los pueblos de la zona sur, pasando por la Sierra del Cajal y la cuenca de la Rambla de Carcelín, al noroeste Ricote, junto a la Sierra del Salitre, sobre la que se encuentran las ruinas de la que fue su fortaleza, y Ojós, junto a la vega del río. Siguiendo el curso del río Segura, aguas arriba del Estrecho del Solvente, la población de Blanca (Fortaleza), el Cabezo de la Cobertera (Granero Fortificado), Abarán y al fondo el Hisn Siyasa, en la ladera del Cerro del Castillo (Cieza). Desde estas alturas la geografía valricotí se muestra claramente como lo que es, un oasis. Una rica huerta irrigada por diversos sistemas hidráulicos y sus pueblos se suceden a lo largo del curso del río Segura, en contraste con el medio natural árido propio de esta esquina del sureste peninsular.




Hemos ido disfrutando de todos y cada uno de los detalles, cercanos o lejanos, que hemos ido encontrando por el camino. Nos quedaríamos aquí todo el día, hablando, comentando y contemplando, pero estamos a mediados del estío y calor se va haciendo notable. Lo ideal es que iniciemos el descenso cuanto antes, llegar al punto de inicio antes de medio día, refrescarnos en las aguas del Segura y reponer líquidos en algún establecimiento local. 


Si quieres realizar esta salida guiada con nosotros, conociendo más detalles sobre lo que aquí te mostramos, presta atención a la programación de actividades que publicitamos periódicamente en este blog o en la página de facebook. También puedes solicitarnos una excursión guiada. Participando en nuestras actividades también contribuyes a la divulgación y conservación de nuestro patrimonio natural y cultural en el Valle de Ricote.

Otras imágenes de la ruta:









Fotografías y textos: Héctor M. Quijada. CARAMUCEL, naturaleza e historia.

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