miércoles, 3 de diciembre de 2014

NOTAS SOBRE LAS VÍAS PECUARIAS EN ABARÁN



Colada del Barranco de la Cuna

Abarán es el municipio del Valle de Ricote que mayor densidad de vías pecuarias registra, una red que ha llegado a nuestros días desde tiempo inmemorial y que viene a demostrar la importancia que la actividad ganadera, pastoril y trashumante ha tenido a lo largo de las historia en nuestro territorio.






 La ganadería tradicional y el pastoreo son actividades venidas a menos con los tiempos modernos, de los casi 80 kilómetros de caminos ganaderos que recorren el término municipal, solo algunas decenas de ellos siguen utilizándose actualmente para el movimiento ganadero de carácter local.  Sin embargo, se trata de un extenso legado de carácter público, que todavía cumple importantes funciones hoy en día.

Colada de la Cuesta de Ricote
Se trata de un elemento de primer orden a la hora de plantearse la recuperación de la ganadería extensiva y tradicional, con el aprovechamiento adecuado de los recursos de nuestros campos y el monte mediterráneo. Las vías pecuarias juegan un gran papel en la conservación de la naturaleza y el mantenimiento de la biodiversidad. Conectan hábitats y espacios naturales, dan acceso a las zonas de pasto en los montes y, estando en uso, reducen la cantidad de biomasa reduciendo así el riesgo de incendio, pudiendo hacer de cortafuegos naturales.

Según la actual ley de vías pecuarias, estas podrán ser destinadas a otros usos compatibles y complementarios, acordes con su naturaleza y sus fines, dando prioridad al tránsito ganadero y otros usos rurales e inspirándose en el desarrollo sostenible y el respeto al medio ambiente, al paisaje y al patrimonio natural y cultural. De hecho, muchas de nuestras vías pecuarias se utilizan para las comunicaciones en zonas rurales y el desplazamiento de vehículos y maquinaria agrícola, pero también cada vez más, para actividades de ocio y tiempo libre, como la práctica del senderismo, la cabalgada y otras formas de desplazamiento deportivo sobre vehículos no motorizados.

Pozo - abrevadero del Bco. Aldeán
El origen ancestral de las vías pecuarias las hace gozar también de gran interés cultural. Al valor histórico de estos caminos que han tenido relación directa con la evolución de los pueblos, se une toda una serie de elementos asociados, bien por la actividad ganadera (toponimia, abrevaderos, descansaderos, mojones, refugios, etc.), o bien por su transcurrir a lo largo de antiguos caminos que encierran valores arqueológicos, arquitectónicos o paisajísticos de diversa índole (yacimientos, calzadas, edificaciones, canalizaciones, puentes, etc.).


Cordel de Charrara y Rambla de Benito
Las vías pecuarias suelen emplazarse en parajes y enclaves ideales para los amantes de la naturaleza, de forma que les permiten disfrutar de un privilegiado entorno rural y natural, incluido en muchos casos en espacios protegidos. Son a su vez lugares idóneos para la educación ambiental y la interpretación de la naturaleza en relación con las actividades tradicionales que se han venido dando en el territorio.


Por todos estos motivos pensamos que hay que seguir trabajando por la conservación, recuperación y potenciación de los usos y patrimonio asociado a nuestras vías pecuarias; porque son bienes comunes que forman parte de nuestra historia y de nuestra cultura, y porque pueden jugar un importante papel para el futuro de nuestro medio natural.

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